El detector de incendios

Los detectores de incendios son sensibles a te emisión de dos tipos distintos de señales. Los detectores térmicos reaccionan ante la elevación Anormal de la temperatura; los de humo se activan ante la presencia de llamas, emisión de hu-o de gases producidos por la combustión. Ambos están dotados de un equipo de Control y señalización provisto de alarmas ópticas y acústicas. Por esta razón, los aparatos deberán estar situados en lugares accesibles, de modo que las señales emitidas puedan ser advertidas inmediata y permanentemente.

Los detectores de incendio no evitan la aparición del fuego, pero limitan el daño que éste puede producir. Por medio de mecanismos automáticos señalan el comienzo de un foco de incendio y permiten un despliegue de acciones defensivas que facilitarán la extinción del fuego Incipiente.

El radio de acción de los detectores de humo es mayor que el de los térmicos. Un detector de humo cubre un radio de 80 m2, pero la Cantidad de aparatos necesaria no sólo se relaciona con las dimensiones de los ambientes sino también con su distribución. En todos los casos se debe privilegiar a los dormitorios como el área más protegida. Son el lugar de la cata destinado al descanso, situación que nos expone a un estado de mayor indefensión.

La instalación de detectores de incendios es muy sencilla, ya que son aparatos pequeños y livianos que se conectan a la red eléctrica. No requieren modificación de las instalaciones y gastan muy poca energía.

En todos los casos, se debe privilegiar a los dormitorios como el área más protegida. Son el lugar de la casa destinado al descanso, situación que nos expone a un estado de mayor indefensión.

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